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martes, 26 de marzo de 2013

Solomillo hojaldrado con sorpresa

Hay días en los que entrar en la cocina es lo mejor que puedes hacer para dejar de pensar en tus problemas. La cocina relaja, te hace pensar cosas diferentes y eso es lo que ha ocurrido hoy.

Ingredientes

Solomillo de cerdo
Lonchas de queso y fiambre
Hoja de Hojaldre
Verduras
Patatas cocidas
Champiñones en láminas
Un huevo
Sal, aceite, ajo, pimienta, guindillas
Vino blanco


Empezamos preparando la salsa que va acompañar nuestro solomillo. En aceite caliente, ponemos el ajo, la cebolla, las zanahorias, el pimiento, los champiñones en láminas  y un poco de sal. Pochamos bien y le ponemos vino blanco. Le ponemos las guindillas para que le dé un punto picante. Dejamos que reduzca y le añadimos un poco de agua para que se termine la cocción de los ingredientes.

Sal pimentamos el solomillo y lo pasamos por la sartén para que se selle. Cuando esté bien tostado por todos los lados lo reservamos para que se temple. Sacamos la hoja de hojaldre. Conviene tenerla unos minutos antes fuera del frigo para que se vaya atemperando y nos sea más fácil sacarla del papel con el que viene envuelta.

En el medio del hojaldre, vamos poniendo lonchas de queso y de fiambre de tal manera que cuando pongamos el solomillo encima lo cubra por completo. Ponemos el solomillo y con cuidado lo envolvemos en el hojaldre. Hay que tener atención y sellarlo bien por los extremos y por el centro ya que de otra manera los jugos que producen el fiambre y el queso se saldrán y no quedará tan rico. Una vez envuelto, lo embadurnamos bien de huevo batido.

Ponemos el horno a 200 grados y lo dejamos que se caliente mientras preparamos una fuente y con el mismo papel donde viene envuelto el hojaldre ponemos encima nuestro solomillo ya relleno y envuelto.

Dejamos que se haga unos 30 minutos y cuando esté hecho miramos a ver si está bien tostado por todos los sitios, si no es así, le podemos ir dejando unos minutos más por donde veamos que el hojaldre no está listo.

 


Volvemos a la salsa. Una vez que todas las verduras están bien cocidas, las pasamos por una batidora y un chino para que nos quede una salsa suave. Le podemos añadir un poco de agua templada con harina de maíz para que le dé más consistencia o un poco de nata líquida que también lo espesará a nuestro gusto.


Cuando el solomillo está hecho y templado, lo cortamos en rodajas a la medida de nuestros comensales. Ponemos unas patatas cocidas partidas por la mitad y lo salseamos con la salsa de verduras que hemos hecho.

 


















Rápido, sencillo y sabroso.

sábado, 23 de marzo de 2013

Costillas con patatas

En menos de una hora podemos hacernos unas riquísimas patatas con costillas para empezar bien esta primavera que viene algo fresca de momento.

 Ingredientes

Patatas

Costillas

Cebolla, ajo, pimiento y zanahoria

Sal, aceite, curry, guindillas

Empezamos pochando el ajo, la cebolla, el pimiento y la zanahoria con un poco de sal. Mientras, salpimentamos las costillas y las freímos un poco para que el tostadito le dé mayor  sabor.

Juntamos todos los ingredientes que tenemos hasta el momento y le damos un calentón en la cazuela juntando todos los sabores. Ponemos un poco de curry y dos guindillas pequeñas para dar al guiso un toque especial.

Partimos las patatas en trozos más o menos grandes y las metemos en la cazuela con el resto de ingredientes. Removemos bien y lo cubrimos todo con caldo o agua.

Al poco tiempo de cocción veremos que sale una especie de espuma en la parte de arriba del guiso. Esta espuma suele ser de las impurezas de los ingredientes que le ponemos, es conveniente quitarla para tener un caldo limpio. Quitamos el máximo de espuma posible y dejamos cocer unos 40 minutos.

Si queremos que el caldo sea un poco más espeso, sólo tendremos que machacar unos trozo de la patata cocida e integrarlo en el caldo para que engorde.

Bien caliente, rápido y sabroso, un gran plato para empezar una nueva estación.
 

miércoles, 20 de marzo de 2013

Rabo de toro o lo que sea

Lo primero que se ha de decir en esta receta es que de toro, toro…bueno de vaca o de ternera a lo sumo. Es común leer en cartas de restaurantes o en carnicerías que tienen carne de toro, mentira, a lo sumo vaca vieja. El toro como ingredientes de nuestras cocinas es muy escaso porque no hay casi corridas y ya nadie labra las tierras con este bello animal de tiro. Es por eso que una y otra vez se perpetra una especie de “fraude” al consumidor cuando se nos dice y pagamos toro por lo que, en la mejor de las ocasiones, es una vaca adulta cuya carne tiene con cierto grado de maduración en frío. En una próxima ocasión hablaremos con más detalle de la carne de toro y de ciertos sitios donde aún se conserva la tradición de decir la verdad y ponernos este tipo tan sabroso de carne.

Ingredientes

Cebolla, ajo, zanahoria, tomate, puerro, pimientos

Tomillo, orégano, guindilla

2 kg de rabo

Sal, granos de pimienta, harina

Caldo de carne, Vino blanco o tinto

Paciencia, mucha paciencia

Para empezar vamos a hacer una vez más el sofrito que habitualmente echamos en nuestros guisos. Ponemos la cebolla y el ajo con un poco de sal para que sude antes, luego la zanahoria, el pimiento y el puerro todo bien picado en unas 6 o 7 cucharas de aceite.

Mientras esto se pocha bien, enharinamos el rabo y lo sellamos en una sartén para que la carne esté prieta y todos los jugos se queden en el interior. Luego echamos en el sofrito un poco de tomillo, orégano y unos granos de pimienta para que le dé el sabor y aroma a campo. Además le vamos a poner un poco de guindilla para que le dé un puntito de picante, no mucho, pero siempre alegra el cuerpo. Le vamos a echar abundante vino blanco o tinto. En su origen, este plato se hace con vino tinto. Muchos dejan el rabo sumergido en el vino la noche antes para que le de sabor, pero no es necesario. El vino que usemos, más o menos 2 vasos grandes, lo dejamos que evapore su alcohol y en ese momento le ponemos el rabo.En este punto cubrimos todos los ingredientes con caldo de carne, en su caso, si no lo tenemos, le ponemos poner agua y el ingrediente más necesario, paciencia.

Debemos dejar nuestro guiso al fuego lento entre 2 y 3 horas en la cazuela. En una olla rápida cambian los tiempos pero para mí es un atractivo que los guisos se hagan al “chup, chup” del fuego lento de toda la vida. Tenemos que vigilar que no se nos pegue por falta de líquido y si es necesario agregarle un poco. A media cocción revisamos el punto de sal.

Una vez hecho, cuando vemos que la carne se separa con facilidad del hueso, apartamos los trozos de rabo y con lo que queda tenemos dos opciones. O bien lo pasamos por un chino para que suelte todo el jugo y desechamos las pieles y restos de las verduras, o bien lo dejamos en la cazuela para encontrarnos cuando lo vayamos a comer trozos de lo que hemos puesto, al gusto de cada cual.

Si vemos que la salsa resultante está poco espesa, la podemos espesar un poco con harina de maíz disuelta en agua tibia a nuestro gusto. Rectificamos de nuevo de sal y lo acompañamos de unas patatas tipo cachelo bien hechas.

Realmente este es un plato lleno de sabor y con unas referencias olfativas y gustativas que nos trasladarán a las dehesas o al cielo. Para acompañar hemos cocido unas patatas que realmente le vienen muy bien.

 

sábado, 16 de marzo de 2013

Arroz caldoso con pollo y alcachofas


Hoy me apetece un arroz. Nada de paella sino un arroz caldoso. Así que vamos a la nevera a ver qué es lo que tenemos.

Ingredientes

Arroz

Cebolla, ajo, un pimiento

Hebras de azafrán

Contra muslos de Pollo

Alcachofas cocidas

El arroz es uno de esos ingredientes que acepta casi de todo. Por eso, cuando no tenemos muchas ganas de hacer nada o no sabemos qué hacer, una mirada por la nevera nos ayudará a encontrar los ingredientes para hacer un delicioso arroz caldoso, en este caso.

Primero pasamos por aceite, en la misma perola donde vamos a hacer el arroz, los contra muslos hasta que estén dorados y los reservamos. Luego ponemos a pochar la cebolla, el ajo y el pimiento con un poco de sal para que se haga antes, en la misma cazuela. Cuando está bien pochado le añadimos unas hebras de azafrán para que le de sabor y aroma.

Ponemos el arroz, una tacita o puñado por persona, y lo rehogamos con el resto de ingredientes. En esta ocasión he usado alcachofas ya cocidas, de buena calidad y nos ahorra tiempo. Las colocamos en la cazuela y las dejamos unos minutos para que vayan cogiendo sabor. Colocamos los contra muslos y le añadimos el caldo o agua necesario. Si habitualmente usamos 2 medidas de agua por una de arroz, para un arroz caldoso vamos a usar 3 medidas o algo más.
Ahora sólo nos queda esperar unos 17 minutos cociendo y otros 3 o 4 reposando para poder degustar un plato rico, sin esfuerzo, barato y lleno de proteínas.
 
 

miércoles, 13 de marzo de 2013

Carrillera en salsa

Hoy vamos a preparar uno de esos platos estrellas, de donde se pueden alimentar varias personas y que dejan al que lo hace como un auténtico maestro de la cocina, cuando en realidad es súper sencillo de hacer.

La carrillada o carrillera de cerdo o ternera es una carne magra barata y bastante desconocida. Se podría decir que es la "quijada de ciertos animales" o lo que es lo mismo, los mofletes. Las carrilleras pertenecen a la denominada casquería, las que encontramos habitualmente en las carnicerías y en las cartas de los restaurantes son de cerdo y de ternera. Como ya hemos indicado, es una carne muy magra, pero muy jugosa, gelatinosa y tierna, siempre que se le proporcione una cocción lenta y prolongada, dependiendo de la procedencia de las carrilleras, de su preparación y de su tamaño, puede ser de dos horas o más.

Ingredientes

 
Unas carrilleras de cerdo
Unas zanahorias
Ajo
cebolla
pimiento amarillo
Vino blanco
Curry y guindilla (opcional)
Para acompañar unas patatas fritas

Las carrilleras suelen venir en paquetes de 5 y en algunas ocasiones suelen tener un exceso de grasa, si vemos que tiene mucha se la tratamos de retirar con un cuchillo bien afilado. Una vez salpimentadas, las pasamos por harina y las freímos un poco. Os vais a dar cuenta que están superduras, de hecho se trata del músculo que los animales usan para poder masticar y como todo músculo es duro, pero tranquilos que una vez cocinado va a quedar una carne tierna y que se deshace en la boca.

Una vez selladas nuestras carrilleras, comenzamos a hacer el sofrito que casi siempre hacemos para los guisos, es decir, en una buena perola ponemos aceite, ajo picado y la cebolla. Lo salamos y dejamos que blanquee un poco la cebolla. No hace falta que esté muy picado porque luego lo vamos a pasar todo por una batidora y un chino.
Luego le añadimos el pimiento amarillo y las zanahorias y cuando esté un poco pochado le ponemos un buen chorro de vino blanco, dejando que se evapore todo el alcohol.

Cuando ya tenemos todos los ingredientes bien hechos le podemos añadir un poco de curry y/o guindilla para darle un toque picante, pero no es necesario. Con los ingredientes que estamos usando tendrá todo el sabor del mundo. En este momento le ponemos las carrilleras y el jugo que ha sacado una vez medio hechas. Y ahora la paciencia, tenemos que dejar este quiso que se haga más o menos hora y media. En mi cocina le pongo el reloj al máximo, 99 minutos, pero todo va a depender de que de vez en cuando vayamos pinchando las carrilleras y veamos su punto de cocción.
 
 
 
Cuando ha pasado el tiempo sacamos con cuidado, porque estarán muy tiernas ya, las carrilleras y pasamos primero por una batidora y luego por el chino los ingredientes que quedan en la perola. Dependiendo como nos vaya quedando la salsa, le podemos añadir un poco de harina de maíz mezclada con agua tibia para darle mayor espesor a la salsa. Probamos y rectificamos de sal si fuera necesario y volvemos a añadir las carrilleras a la cazuela. Con 10 minutos más para que se mezclen bien los sabores y la salsa entre en la carne será suficiente.

Ahora sólo nos queda preparar un acompañamiento adecuado, unas patatas fritas o en panadera con cebolla picada y a disfrutar de un plato sencillo, lleno de sabor y que nos coronará como reyes de la cocina.

domingo, 10 de marzo de 2013

¿Cómo cortar sin cortarse?

Para poder cocinar y disfrutar cocinando hay que tener unas ciertas nociones de lo que vamos a hacer y unas herramientas capaces que ayudarnos para conseguirlo.

Igual que hay ingredientes que se repiten una y otra vez en las recetas, hay instrumentos que son imprescindibles para poder hacer nada en la cocina. Hoy nos centramos en el cuchillo, tema del que hablaremos más en próximas ocasiones.

Saber cortar sin cortarse
Nuestro maestro hoy será Jamie Olivier, uno de los mejores cocineros del mundo y cuyos videos se pueden ver en algunos canales en España. Además este cocinero tiene una Ong que saca a chavales de la calle y los forma para trabajar en las mejores cocinas de Europa.

En este video nos enseña primero los cuchillos que son imprescindibles en la cocina, básicamente tres. Y luego nos muestra cómo sujetar y usar los cuchillos para poder hacer cortes efectivos y, con el tiempo, rápidos sin cortarnos. Hay que destacar que al igual que si tenemos ingredientes de la máxima calidad nos saldrán platos supremos, con las herramientas en la cocina es igual, debemos tener unos cuchillos excelentes si queremos llevar a cabo nuestras recetas.

Video de Jamie Olivier enseñando a usar los cuchillos




viernes, 8 de marzo de 2013

Muslitos de pollo a mi manera

Esta mañana me he levantado con ganas de pollo. He decidido mirar lo que tengo en la nevera y prepararme una buena fuente de muslitos de pollo de una manera “original”.

Ingredientes:
8 muslitos de pollo
Un pimiento amarillo
Una cebolla
3 dientes de ajo
1 tomate
1 puerro
Perejil
Romero
Cayena
Curry
Vino blanco y agua
Sal y pimienta

Para acompañar:
Champiñones al ajillo
Patatas fritas

 

Bueno, lo primero que hice fue buscar una buena cazuela donde voy a preparar mis muslitos de pollo. Unas 4 o 5 cucharas de aceite serán suficientes. Salpimentamos nuestro pollo. Doramos los muslitos de manera que queden tostaditos de la manera que más nos gusten. Veremos que en la cazuela quedan como rastros del pollo y el aceite se oscurece, no pasa nada. Esos rastros nos darán una melosidad y sabor al resto de ingredientes que pondremos.

Dejamos los muslitos en una fuente con un poco de papel absorbente para poder retirar el aceite sobrante.

Después le llega el turno a las hortalizas. Primero el ajo picado, yo lo eché gordito porque no me gusta comerlo pero sí su sabor. Luego, cuando empieza a dorarse, ponemos la cebolla, el puerro y el pimiento bien picado. Ponemos un poco de sal para que las verduras suden y se hagan antes. Dejamos que la cebolla se claree y ese será el momento de poner el tomate rayado. Damos unas vueltas para mezclar todo y podemos seguir con el siguiente paso.

Vamos a poner un vaso de vino blanco y otro de agua y dejamos que se evapore el vino, no queremos que nuestro guiso sepa a vino, pero sí que le dé un saborcillo especial. Además le vamos a poner una cucharada de harina bien mezclada con agua fría para engordar nuestra salsa. Dejamos hervir todo para que se mezclen sabores y vaya engordando la salsa.

Ponemos los muslitos en la cazuela de manera que queden casi cubiertos por las verduras y la mezcla de líquidos. Agregamos un poco de cayena y de curry para darle un toque exótico y dejamos que se guise unos 40 minutos a fuego medio. Cuidado con la cayena ¡que pica!

 
Lo iremos controlando para ver que los muslos van haciéndose pero que no se deshacen.
 

Poco antes de servir, le añadimos los champiñones que hemos hecho previamente y dejamos que los sabores se mezclen, y comprobamos el nivel de sal.

Acompañamos con unas patatas fritas, a parte para que queden crujientes y no se reblandezcan con los líquidos y…¡a comer!!!!

miércoles, 6 de marzo de 2013

RAPE KUNCITO

Cuando nació mi primer sobrino, elaboré un plato de colas de rape pensando en él que, al margen de fácil, nos hará disfrutar tanto como verle crecer, poco a poco.

Ingredientes (para 3 personas):

6 colas de rape (puede ser congelado)
Una cebolla
3 dientes de ajo
250 gr. de tomate frito
Curry (una pizca)
Harina
Sal
Aceite
Vino blanco
Caldo de pescado
6 langostinos
Unas Almejas

Más sencillo imposible. Pasamos por harina las colas de rape, las freímos levemente y reservamos. Mientras ponemos a pochar la cebolla y el ajo hasta que esté transparente. En ese momento, añadimos el tomate frito. Dejamos hacer unos minutos y le añadimos un vasito de vino blanco. Tras dejar que se evapore el alcohol, ponemos dos vasitos del caldo de pescado y dejamos que se reduzca un poco el caldo obtenido. Le ponemos una pizca de curry para que le de color y olor.

Tras este paso ponemos los langostinos, pelados hasta la cola nada más, y dejamos hacer hasta que cambien de color. Ponemos las colas de rape y las dejamos hacer unos 15 minutos a fuego lento, no más porque con la fritura ya le hemos dejado medio hecho.
Unos minutos antes de comer ponemos las almejas para que se abran al calor de la cazuela y a disfrutar despacito de este plato tan delicioso, como la cara de un recién nacido.

Podemos acompañar este plato con unas patatas y unas zanahorias cocidas

martes, 5 de marzo de 2013

Solomillo completo

“Del cerdo se aprovechan hasta los andares” dice un viejo refrán y es cierto. Pero quizás uno de los bocados más exquisitos sea el solomillo. Sin necesidad de gastar mucho, y en pocos minutos, podemos tener un plato completo para varias personas.

Ingredientes

Solomillo de cerdo

Cebolla, ajo, pimiento

Sal, pimienta, aceite, orégano

Patatas, zanahorias, guisantes

Primero pasamos por la sartén el solomillo, sal pimentado, hasta que esté bien hecho por todas sus partes. Con esto estamos consiguiendo que los jugos del solomillo se queden dentro y sea aún más jugoso cuando lo paladeemos. Luego ponemos a pochar la cebolla bien picada y el ajo. Conviene poner primero el ajo y cuando esté dorado echar la cebolla porque una vez esté este ingrediente en la cazuela, el ajo parará de hacerse y no se quemará. Cuando veamos que clarea la cebolla, añadimos un poco de vino blanco. Dejamos que evapore el alcohol y luego ponemos los pimientos, las zanahorias, cortada finas, y los guisantes. Cuando todo está bien pochado, cortamos las patatas en lonchas de 1 cm y dejamos que cojan un poco de color. Como el ingrediente principal es de campo, si tenemos un poco de orégano natural, o en su caso seco, se lo podemos poner para realzar este sabor.

El solomillo, sellado por la sartén, lo cortamos en lonchas más o menos finas y las colocamos sobre las patatas. En la fotografía podemos ver cómo tiene que estar, hecho por fuera y crudo por dentro. Sinceramente, yo ya me lo comería así porque para un carnívoro no hay mayor placer que un buen trozo de carne poco hecha. A mi me gusta cortarlo en diagonal porque luego la presentación en el plato queda mucho más elegante. Y ya el paso final, cubrimos con agua y dejamos cocer 25 minutos.


Este plato bien lo podría hacer un niño por su sencillez pero luego los sabores que descubrimos son de auténtico profesional. Queda demostrado que en poco tiempo, con poco dinero y poco trabajo, podemos hacer un plato completo y lleno de sabor.

domingo, 3 de marzo de 2013

Gourmand World Cookbook Awards 2013




 
 
 
 
Entre comida y comida es bueno leer. Leer es bueno siempre, pero entre comida y comida podemos aprovechar para aprender cosas nuevas o nueves visiones de una cosa. En el tema de la gastronomía, últimamente se han editado multitud de libros ya que las empresas de los cocineros mediáticos lo ven como una fuente más de ingresos y publicidad, más que de ofrecer conocimientos, o los blogs más visitados y seguidos recopilan sus conocimientos en forma de papel y lo ofrecen para seguir estando a la moda.

Pero muchas veces la verdadera sabiduría gastronómica no se encuentra en libros de gran formato o lujosos de grandes chef o especialistas en la nueva cocina, en las influencias minimalistas o en la novedosa cocina basada en el hidrógeno líquido. El verdadero sabor de una cocina se encuentra en la tradición, en las recetas de toda la vida y en los sabores de la tierra cocinados con pasión.

Es por eso, y conjugando la tradición y la moda editorial de la cocina, que es una satisfacción leer cómo en los Gourmand World Cookbook Awards, que cada año premian a los mejores libros de cocina y vinos del mundo, este año se ha colado y ha sido reconocido un libro sin más pretensiones que dar a conocer el amor por una tradición y el sabor antaño de unos platos casi desconocidos.“Comida cartagenera de veddá veddá” editado por la Fundación Transformemos, fue reconocido con  el segundo lugar en la categoría Charity & fundraising (Beneficencia & recaudación de fondos) de América Latina. Este libro es un libro de comidas colombianas que denominaban “para pobres” pero que ahora las estudian los mejores chefs del mundo.
El libro está escrito por hombres y mujeres, la mayoría albañiles, pescadores, agricultores, amas de casa y cocineras de frito, que no sabían leer ni escribir. Ahí reside el mayor de sus méritos, Bleys del Socorro Rosso y Ana Tulia Gómez las recopiladoras de recetas, se dedicaban a dar de comer a los paseantes en las calles de Cartagena (Colombia) sin mayor afán que llevar a su casa algo de dinero para sacar adelante a su familia. Como Bleys dice, sus hijos fueron educados gracias a los fritos que vendía primero en la calle y luego en el primer piso de su casa. Hasta hace poco, Ana Tulia Gómez, no sabía leer ni escribir, pese a eso, preparaba las mejores carimañolas de Cartagena "pero no sabía anotar los ingredientes con los que se hacen". Según el editor del libro Rodolfo Ardila  "Nuestro propósito era el de lograr que estos hombres y mujeres pudieran recuperar su cultura y sus tradiciones a través de la palabra escrita”

Este reconocimiento lo es también para todos aquellos que día a día elaboran sus platos sin más pretensiones que la de disfrutar con la comida y que, como dice una de las autoras, su “único ingrediente es el amor”, amor por unas tradiciones, por unos sabores y por una manera de hacer las cosas que si nos descuidamos pueden desaparecer perdiéndose definitivamente una sabiduría que no está demás rescatar del olvido.

sábado, 2 de marzo de 2013

Patatas con bacalao


Un gran aporte de alimento para los tiempos fríos

 

Esta, como el resto de recetas que se pueden ver en este blog, es una receta donde la voluntad, saber y gustos del “cocinilla” priman antes que unos ingredientes tradicionales.

Ingredientes

3 patatas

1 lomo de bacalao desalado

1 cebolla

2 ajos

½ puerro

1 pimiento verde

½ pimiento rojo

1 vaso de vino blanco

3 guindillas pequeñas

Sal, aceite, agua


Hay platos que por el resultado final pensamos que son de alta cocina y sin embargo nos damos cuenta cómo con unos pocos ingredientes de calidad, paciencia y algo de gusto se pueden crear auténticas maravillas.

Empezamos picando todo. Primero los ajos y la cebolla bien finos, cuidado con los dedos que aún tengo la marca de un cuchillo, y los ponemos a rehogar. Mientras se clarean, picamos el resto de ingredientes, los pimientos, el puerro y las patatas.

Para acelerar el sofrito de ajo y cebolla es conveniente ponerle un poco de sal, así sudan los ingredientes y se hacen con mayor rapidez.

Echamos los pimientos y el puerro y cuando estén medio hechos le ponemos el vaso de vino blanco, recordad, a mayor calidad, mayor gusto. Además deshacemos las guindillas para que le den ese gustito picante a nuestro plato. Cuando haya evaporado un poco el alcohol del vino le ponemos las patatas y lo cubrimos de agua. Ahora vamos a dejarlo unos 20 minutos para que se vayan mezclando los sabores y cociendo la patata.

Mientras, cortamos en dados nuestro bacalao y lo salpimentamos.

Cuando la patata ya está medio hecha, introducimos los tacos de bacalao y lo dejamos unos 10 minutos más y listo. Ya está! Tan sencillo como esto, un buen plato lleno de vitaminas y alimento que nos reconfortará en los días fríos.



Truco: para darle mayor sabor al plato, podemos aprovechar el resto de tomate frito que tengamos por la nevera y añadírselo, de esta manera, al margen de un color más anaranjado, el plato se nutrirá del sabor y las virtudes del tomate.



viernes, 1 de marzo de 2013

Restaurante Quintana 30, Madrid

 

 
 El primer restaurant que reseño en este blog es el último en visitar y en cuyas mesas decidí, apoyado por una gran amiga, escribir estas reseñas de recetas y restaurantes, para comer y disfrutar dentro y fuera de casa.


 Para empezar me asomé a su página web, www.restaurantequintana30.com y lo primero que me sorprendió es que para poder revisar la carta del restaurant tienes que poner tu mail para que te la manden y, de manera secundaria, tener un mail para que te puedan enviar la publicidad que quieran. Mal. Un restaurante tiene que ser transparente y no pedir esos datos porque el usuario puede sentirse molesto y dejar pasar la oportunidad de conocerlo por esa simple causa.

Me sorprendió encontrarme, al entrar, con un restaurant que no tiene barra, se pasa directamente a las mesas. Bueno, es una modalidad que algunos usan y que a mi, personalmente, no me gusta. La barra de un restaurante te da la oportunidad de conocerlo más e introducirte en su mundo a través de los aperitivos y pinchos que se supone pueden ofrecer al visitante. En una barra, además de esperar a tus acompañantes y sentirte de esa manera más libre para "oler" y "sentir" el sitio, te vas introduciendo poco a poco en los sabores que te ofrecen con sus tapas y visualmente te apetece, o no, sentarte, si ves las viandas que ofrecen.

Como esta opción no se me ofreció, me trasladé a la mesa e inmediatamente se apresuró el jefe de sala para ofrecernos la carta, por fin la podría ver. También se aproximaron dos camareros ofreciéndonos algo para tomar de aperitivo, cosa que al no tener barra y tomarlo allí, se agradeció. Un par de cervezas con dos tapas propias del lugar abrieron los sentidos para poder pedir algo más contundente. Tienen en este local otra de esas costumbres que pueden ser arriesgadas porque no a toda la gente le gusta. Cobran 2'50 euros por el pan y el aperitivo. Al margen que el precio puede parecer excesivo por 4 panecillos y dos tarrinas de aperitivo con 4 trozos de chistorra y un poco de patata con salsa ali oli, el aperitivo no se pidió con lo que muchos lo podrían interpretar como gentileza de la casa. Si hubiera existido la barra, seguro que nos hubieran puesto lo mismo de aperitivo pero no nos lo cobrarían.

En nuestro caso pedimos unas alubias rojas y unas alcachofas con cardo de primero y un bacalao al pil pil de segundo. Las alubias estaban bien presentadas pero algo escasas de caldo. Si no se mide bien este aspecto, las alubias pueden parecer un puré lo que nos desviaría la atención por el sabor a la vista más o menos amontonada de los ingredientes. Las alcachofas con cardo tenían, a mi gusto, un exceso de salsa que disimulaba, por su buen sabor, que el ingrediente principal, las alcachofas, eran de bote y cortadas demasiado grandes para un bocado. En resumen, los primeros fueron de suficiente cantidad y presentación pero con la salsa y los caldos bajaron la nota final.

En el caso del bacalao al pil pil, me sorprendió gratamente que pusieran un plato caliente. En pocos sitios ofrecen este servicio, que para este plato, es fundamental para mantener la salsa en su punto, en el caso en el que esté en su punto. El bacalao estaba bien cocinado y en "troncho" era lo suficientemente contundente para comer bien tras un primero. Sin embargo pronto se fue deshilando el pil pil y al final en el plato dominaba una especie que agua que daba que pensar que no se había hecho con la contundencia necesaria. Un pil pil debe quedar casi como una crema para poder untar en el pan. En algún vasco, como este, me han ofrecido unos pil pil que hacían olvidar el bacalao, pero en este caso, el plato se puede resumir en correcto sin más.


Unos detalles más. Como el local está centrado en las mesas para dar de comer, son muy estrechas y demasiado juntas lo que provoca que escuches las conversaciones de la gente de tu alrededor. El vino elegido fue un Ribera del Duero, un Comenge, que, si bien de sabor estaba correcto, tenía demasiada madre en la botella lo que al final se transmitió a la copa, dejándola con ese barrillo que no es muy agradable. Al final nos ofrecieron una teja de postre que estaba muy buena y se agradeció que en este caso no la cobraran.

En resumen, este local vasco podría triunfar en la zona en la que está donde priman las oficinas y los clientes selectos porque entre otras cosas ofrece un aparcacoches en la puerta y porque la decoración es muy elegante. El servicio puede ser algo lento y los camareros no están demasiado bien coordinados ya que preguntaron varios por lo mismo en dos ocasiones. La carta es correcta aunque nada sorprendente y los sabores se alejan un poco de los típicos de una cocina tan sabrosa para centrarse en una presentación muy de capital. Se puede volver aunque no por ser vasco.

 

 

 

BACALAO “RAPISA” (Rápido y sabroso)


3 piezas de bacalao y algo de imaginación para un plato completo y lleno de sabores

Ingredientes:

3 piezas de bacalao ya desalado
2 ajos
1 cebolleta
1 pimiento
1 zanahoria
3 espárragos
½ vaso de vino blanco
1 cucharada de harina
1 vaso de agua
Aceite
Sal
Cayena

Para empezar, he de deciros que he usado bacalao ya desalado del que se compra en cualquier súper, por ello la primera parte de su nombre “rapi” de rápido.

Picamos la cebolleta, los ajos, el pimiento, la zanahoria y los espárragos y los ponemos a sofreír en aceite virgen extra hasta que la cebolleta esté blanca y el resto de ingredientes blanditos. Una vez hecho esto, ponemos una cuchara de harina y la trabajamos un poco para que no queden grumos. Después echamos el medio vaso de vino blanco y lo mezclamos bien para que se vaya haciendo la salsita y evaporando el alcohol del vino. A continuación terminamos el espesor de nuestra salsa con tanta agua como queramos que esté de espesa la salsa, al trabajarla veremos la melosidad que queremos. Cuando ya esté preparada la salsa, echamos una o dos cayenas para que le de ese sabor típico que queremos y que viene tan bien con estos fríos.

Ya tenemos prácticamente el plato echo, y, amigos, no hemos tardado ni 15 minutos en todo!!!. Sólo nos queda poner los trozos de bacalao con la piel hacia abajo y cubiertos de la salsa y dejamos que se vayan haciendo 10 minutos.

En 25 minutos tenemos la segunda parte de este plato “sa”, de sabroso y sólo queda tener a mano un buen trozo de pan para mojar y a disfrutar.